La piometra es la afección uterina más común en perras que han alcanzado la madurez sexual. Se trata de una infección secundaria, no contagiosa, debido a varios factores: el aumento de progesterona tras el periodo de celo, ciertos cambios morfológicos del endometrio y una infección bacteriana oportunista.

¿Qué síntomas puede experimentar la perra?

Aparece habitualmente en hembras mayores de 5 años, aunque puede aparecer a partir del primer celo. Se desarrolla en las semanas siguientes al celo, cuando la concentración de progesterona es más elevada. Presentará secreciones vaginales sanguinolentas o purulentas, coincidiendo con el periodo que va desde la segunda a la octava semana tras el celo. Los síntomas de la piometra canina incluyen:

  • Fiebre

  • Letargia

  • Inapetencia

  • Poliuria y polidipsia

  • Raramente también puede dar lugar a diarrea y agrandamiento abdominal.

  • En casos muy avanzados o que no han recibido el tratamiento veterinario correcto puede llegar a producir septicemia, toxemia, peritonitis e insuficiencia renal.

¿Cuáles pueden ser las causas?

La piometra en perra puede desarrollarse de dos maneras:

  1. Piometra abierta: El cuello del útero permanece abierto, por lo que las secreciones uterinas pueden drenar. La piometra abierta es la más benigna y supone aproximadamente el 85% de los casos.

  2. Piometra cerrada: El cuello del útero se obstruye debido a la aparición de nódulos en el endometrio, por lo que las secreciones no pueden drenar y se acumulan, dando lugar a inflamación del útero. Se trata de una situación aguda que evoluciona rápidamente a estado de gravedad.

Prevención

Aparece con mayor frecuencia la piometra en perras cuando son mayores de 5 años, y también cuando han recibido terapia hormonal con estrógenos o progestágenos. No obstante, todas las perras maduras sexualmente son susceptibles a desarrollar piometra. Por ello, la mejor prevención es la esterilización temprana.

Si ya la perra padece de la infección el tratamiento puede ser el siguiente:

El tratamiento de elección en piometra canina es la cirugía. Sin embargo, pueden intentarse dos abordajes diferentes dependiendo del estado de evolución de la enfermedad y de lo conservador que se quiera ser:

  • Ovariohisterectomía. La extirpación quirúrgica de útero y ovarios es la solución terapéutica más segura, y el tratamiento de elección en la mayor parte de los casos.

  • También debe valorarse la administración de una terapia de soporte, según el estado del animal: fluidoterapia, antibioticoterapia, analgésicos.

  • Tratamiento médico, que incluye el lavado del útero, instalación de drenaje transcervical, antibioticoterapia y administración de prostaglandinas para aumentar la contractilidad uterina. Este tratamiento puede realizarse en casos leves, cuando se desee conservar la fertilidad del animal, aunque hay que tener en cuenta que no puede garantizarse que se mantenga la capacidad de gestar. Esta opción terapéutica sólo debe administrarse en piometra abierta y tras una cuidadosa valoración del paciente canino, nunca cuando el animal presenta toxemia.

  • En el postoperatorio deberán controlarse los signos de infección, ya que una piometra avanzada puede derivar en peritonitis.

Recuerde que la mejor forma de prevenir es la Esterilización.

Información obtenida de:

https://www.petdarling.com/articulos/piometra/

https://www.affinity-petcare.com/vetsandclinics/piometra-canina-sintomas-causas-diagnostico-tratamiento

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