Influenza Canina

Ocasionada por el virus de influenza tipo A H3N8, es una enfermedad respiratoria que se contrae por aerosoles, al estornudar o toser, o al entrar en contacto con objetos del animal infectado. Todos los perros son susceptibles al virus, sin importar raza, tamaño o edad del animal. Aunque el índice de mortalidad es bajo, la enfermedad puede llegar a complicarse y ser fatal. Aunque es contagiosa y similar a la influenza humana, no existe evidencia de que la influenza canina se disemine de perros a humanos.

Síntomas de la influenza canina

Aproximadamente un cuarto de los perros infectados permanecen asintomáticos, pero aun así contagian a otros canes. Una vez el perro ha sido expuesto al virus, el periodo de incubación es de dos a cinco días, tras la cual una tos puede invadir al perro por un periodo de hasta tres semanas. Además de tos, los síntomas incluyen:

  • fiebre
  • secreción nasal
  • falta de energía
  • anorexia
  • dificultad al respirar

Estos síntomas de pueden complicar y ocasionar infecciones bacterianas secundarias, por lo que buscar ayuda a tiempo es lo primordial.

Prevención de la influenza canina

La gran mayoría de los perros llega a tener influenza canina, aunque solo para una cantidad limitada de perros se convierte en una enfermedad grave. Independientemente del sitio, si tu perro ha estado en contacto con otro perro con la enfermedad, la puede contraer. En cualquier lugar donde haya muchos perros, como guarderías, criaderos, perreras, refugios, parques o shows de perros, dado la gran cantidad y proximidad de los perros, hay posibilidades de contagio. Mantén a tu perro alejado de perros que podrían estar enfermos. Si hay posibilidades de que sea tu perro que esté enfermo, mantelo alejado de otros perros, por lo que no debe acudir a guarderías, refugios, parques, etc. Hay que desinfectar todas sus pertenencias y lavarse bien las manos con abundante agua y jabón.

Tratamiento contra la influenza canina

Si sospechas que tu perro tiene influenza canina, acude al veterinario, quien comprobará si ha contraído el virus a través de un examen físico y otros exámenes, como muestras de sangre. Las complicaciones secundarias, en forma de neumonía, pueden causarle la muerte al perro, por lo que es imperativo la intervención a comienzos de la enfermedad. El tratamiento incluye medicamentos para tratar infecciones bacterianas secundarias y fluidos intravenosos para hidratar al perro, todo con el fin de fortalecer su sistema inmunológico. Tu perro necesitará un espacio cómodo y tranquilo donde descansar.

Existe una vacuna disponible pero es relativamente nueva, fue aprobada en el 2009 por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (United States Department of Agriculture, USDA, por sus siglas en inglés). La vacuna no evita la infección, sino que aplaca los síntomas. Requiere dos dosis, de dos a cuatro semanas entre cada una, y un refuerzo anual. Ya que el índice de mortalidad es bajo y la influenza canina no prevalece en todas las áreas geográficas, se considera que la vacunación no es necesaria para la mayoría de los perros, aunque puede serlo si piensas viajar con él a algún sitio donde haya habido casos del virus.

NO OLVIDES VACUNAR A TU PERR@…

 

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