¿HIPERTENSIÓN EN PERROS?… UNA ALARMA DE OTRAS ENFERMEDADES

La tensión alta, que sufren el 10% de los perros ancianos y obesos, a menudo está causada por dolencias cardiacas o diabetes y puede provocar la muerte del animal. La hipertensión o tensión arterial alta en perros, a diferencia de lo que ocurre en las personas, está desligada en general por otra enfermedad, como la diabetes o el hipertiroidismo. Los canes mayores, obesos y que padecen algún tipo de enfermedad de carácter endocrino son los mejores candidatos para padecer tensión arterial alta.

Causas de la hipertensión en el perro

La hipertensión en perros y gatos no es comparable a la enfermedad en las personas. En el caso de los animales, la tensión arterial alta es un síntoma asociado a otra enfermedad.  Las patologías que con mayor frecuencia desencadenan hipertensión en los canes son las cardiovasculares (corazón), renales (riñón) y las relacionadas con el funcionamiento metabólico, como la diabetes. En cuanto a su prevalencia, la hipertensión canina afecta al 10% de los perros de edad avanzada. No depende de factores genéticos, pero otros aspectos, como el sobrepeso del can, sí pueden influir en que un animal la padezca. La edad del perro influye en el hecho de que tenga mayor probabilidad de padecer hipertensión.

Cambios de conducta en el perro con tensión alta

Los síntomas o cambios de conducta derivados de una tensión alta en perros están asociados a la enfermedad que la provoque. En cualquier caso, el veterinario sospechará que el perro padece hipertensión si tiene síntomas como ceguera o desprendimiento de retina. Pero el estado anímico también es un indicador. En caso de detectar que el perro está más inquieto y nervioso de lo habitual, o bien sufre convulsiones, es posible que padezca hipertensión. Entonces será preciso acudir al veterinario con urgencia. En cualquier caso, la hipertensión puede provocar la muerte del perro, como consecuencia de los problemas pulmonares y cardiovasculares que puede desencadenar.

Tratamientos para paliar la enfermedad en el can

No es posible prevenir la hipertensión canina porque está asociada a otras enfermedades del perro. Un perro con hipertensión necesita un tratamiento para la enfermedad que la provoca, además de, para la propia tensión arterial alta. Los medicamentos vasodilatadores, que actúan como relajantes de las paredes de las arterias y evitan su rigidez, ayudan a paliar la hipertensión. Ello previene daños en órganos vitales, como el corazón y los riñones. Cuando comienza el tratamiento de la dolencia causante de la hipertensión, suele remitir la tensión arterial elevada. Los controles periódicos de la tensión arterial del perro son fundamentales para tener la situación bajo control. A diferencia de las personas, a los canes se les mide la presión arterial en la pata (delantera o trasera) o bien en la cola. El protocolo de revisión de las consultas veterinarias puede no incluir la medición de la tensión arterial, a menos que el doctor canino sospeche que el perro puede padecer hipertensión.

Pero la medición de la tensión en el perro no es tan sencilla como en el caso de las personas. El veterinario Aitor Llamas explica: «Tenemos mucha dificultad para interpretar los resultados de las mediciones de presión en los perros porque se ponen muy nerviosos y las pruebas no siempre son fiables». Los veterinarios toman la tensión de los perros en un ambiente lo más tranquilo posible, además de llevar a cabo muchas mediciones para aumentar la precisión de las medidas. «Debido a estas dificultades, solo se les mide la tensión cuando hay indicios de que la pueden tener alta» explica Aitor Llamas.

Curiosidades sobre la tensión arterial de los perros

  • Los índices de tensión de los canes son similares a los de las personas (14/8).
  • El ictus en los perros provocado por la hipertensión prácticamente no existe.
  • Los canes viven menos que las personas y, por ello, no llegan a tener los problemas de colesterol que se desencadenan en las personas mayores.

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