Los fuegos artificiales pueden ser peligrosos, causando serias quemaduras y lesiones. Usted pude ayudarnos a prevenir lesiones y muertes relacionadas a los fuegos artificiales, pero también puede ayudarnos a proteger los animales.
El uso de pirotecnia genera taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo y/o muerte. Los efectos en los animales son diversos y de diferente intensidad y gravedad. Los perros suelen sentir temor y al huir pueden ser víctimas de accidentes o perderse. Las aves reaccionan frente a los estruendos con taquicardias que pueden provocarles la muerte; los gatos suelen correr detrás de los explosivos por simple curiosidad pudiendo ingerirlos, perder la vista o lesionarse; los insectos y otros animales pequeños poco pueden hacer para no ser dañados, la pirotecnia es para ellos un explosivo de gran tamaño.
Los humanos solo podemos percibir sonidos de hasta 20000 ciclos por segundos, mientras que la capacidad auditiva de los perros es mucho mayor, captando sonidos de alta frecuencia; de 60000 ciclos por segundo, es decir que los estruendo producidos por la pirotecnia ellos los perciben maximizados. Se aconseja no dejar sólo y atado al animal durante las Fiestas porque podría ahorcarse con su propia correa.
En el caso de los perros, convendrá dejarlos que se escondan en el lugar que ellos elijan como más seguro. Darles permiso, al menos en esos días. No obligarlos a participar del festejo, sobre todo si hay más gente que la habitual en la casa. En lo posible dejarlos en una habitación, con música o la televisión prendida, para atenuar los ruidos, y hacerles compañía tranquilizándolos. Evitar que puedan escaparse si algún invitado abre la puerta. Si asiste a otra casa con sus dueños, será conveniente tenerlo con la correa, para que se sienta más protegido y no escape desesperado. La reacción no es idéntica en todos los perros; algunos salen corriendo por la necesidad de escapar de la zona en que aún se pueden oír o ver las detonaciones, y no paran hasta que están lo bastante lejos para no percibirlas o hayan terminado. Esto puede ocasionar que se extravíen y los mate algún vehículo o no regresen más al hogar.
En todos los casos, la compañía del dueño es importante. No haciendo mimos y caricias, sino con su presencia, para tranquilizar al animal. También es conveniente, ante cualquier duda, consultar con tiempo al veterinario.